texto SOBRE NUESTRa ciencia.
Preguntamos qué es el hombre, y nos llegan de la historia innumerables respuestas. El hombre expresa su ser, y lo transforma al expresarlo. En cada momento es capaz de ofrecer alguna peculiaridad que, siendo inesperada, es al mismo tiempo congruente con su ser. Ninguna definición o idea el hombre es completa, pero tampoco es completamente errónea: todas son de alguna manera definitivas, pues cada una realza un cierto rasgo distinto.
Ser hombre es ser distinto. La dificultad estriba, paradójicamente, en la misma abundancia de las distinciones, que hace del hombre un ser inconfundible; pues cada uno, por ser hombre, es distinto de los demás hombres, y esta capacidad de distinción, multiplicada en el tiempo por el número de individuos, los distingue a todos respecto de cualquier otra especie de ser. Pero, entre los distintivos actuales y pasados ¿Cuál debe tomarse como básico, común y definitorio?
Parece que el hombre, cuando vuelve la atención sobre sí mismo, no acaba nunca de saber en qué consiste esa mismidad. No podemos coexistir con las cosas sin formar una cierta idea de su ser. (Nicol Eduardo, La idea del hombre, 1992/11).